SALIMOS A COMER: ¿QUÉ VINO ELIGO?


Recientemente leí un artículo en prensa especializada que pensé sería de vuestro interés; se trata de unas pautas para elegir un vino en un restaurante, si somos principiantes o en el caso de no saber que pedir para "quedar bien", y no tener que recurrir a las etiquetas que nos "suenan", por temor a quedar en evidencia.
Con ayuda del Sumiller podrá transformar este mal trago por una oportunidad para aprender, descubrir y viajar a través del vino, de esta forma cada vez que salgamos a comer fuera podremos seguir aprendiendo algo nuevo sobre este tema.
A la hora de probar nuevos vinos, nada puede hacer más feliz al Sumiller, que el cliente desee probar algo diferente; lo lógico es que le pregunte sobre su estilo favorito o si prefiere una zona concreta, si no sabe qué responder, puede decirle algún vino que le haya gustado con anterioridad para que le recomiende en la misma línea, o directamente dígale que le aconseje para acompañar al menú elegido.
Podremos elegir el vino en función de su estructura: vinos ligeros de paso fácil o vinos con más cuerpo que siempre serán más fuertes y de mayor grado alcohólico. Además la edad del vino o su tiempo en crianza en madera seán también factores determinantes a la hora de poder elegir o dar pistas al Sumiller sobre nuestras preferencias: si nos gusta que sepa más a fruta, más a madera, sabores especiados o más tropicales, lácteos...o sencillamente si buscamos un buen equilibrio entre ambas.
Desde luego que lo más socorrido es elegir una zona concreta, pero debemos intentar salir de lo más común: Ribera o Rioja para tintos, Rueda o Rías Baixas para blancos, y rosados de Cigales, así que nada mejor que pedir que nos recomienden otras zonas para ampliar nuestros conocimientos.
Muchas veces el miedo a que nos recomienden el vino deriva de su precio; no sabemos si nos será caro dejar la elección en manos especializadas; pues bien, no debería darle vergüenza decirle al Sumiller sobre qué precio desea, pero si la situación le incomoda hay maneras sutiles de hacelo, como indicarle un precio de la carta y pedir algo en esa línea.
Pero sin duda el momento más temido, es cuando llega el Sumiller y pregunta quién desea probar el vino: Si habló con uno de los comensales sobre el vino, es probable que se dirija a él en concreto, aunque lo normal es que pregunte a la mesa en general quién desea probarlo. No hay porqué ponerse a agitar la copa si no se tiene práctica suficiente, basta con llevarlo a la nariz y a la boca para comprobar que no detectamos nada desagradable; en cualquier caso el Sumiller lo probará primero y no les quepa duda de que retirará la botella si percibe algún defecto.

Y ahora tan sólo les queda atreverse y disfrutar!!!

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SUMILLER ( Hotel Escuela Bellamar, Marbella 2004 ) PREMIO MEJOR PROFESIONAL DEL SECTOR DE HOSTELERÍA DE SALAMANCA 2011

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